Temas
de enero
Estimados lectores,
paz y bien.
¡Quién lo iba a
decir! Después de un noviembre y diciembre en 2015 extraordinariamente cálidos
y estables, llegó la luna llena el día de Navidad y, como regalo de Pascua,
empezó a llover, liquidando los incendios y dando paso a un tiempo mucho más
acorde con la estación. Lluvias e inestabilidad previstas en nuestros pronósticos
anuales, tal como puede comprobarse en http://astrofactoria.webcindario.com
Luna nueva del día de Navidad de 2015
Ciertamente, las
lluvias abrazaron sobre todo a Galicia y el Norte ibérico, pero después se
extendieron con ábregos a Andalucía, e incluso algo llegó al Este ibérico.
Aunque es aquí, como nos temíamos, a donde más está costando llegar el agua y
la nieve, y donde parece estarse configurando lo más grave de la sequía que
llama a las puertas.
En ese mapa del cielo tenemos resumidas las
“tres condiciones de Al Kindi (siglo IX) para la lluvia”, que conocemos a
través de un judío de la Taifa de Zaragoza, Abraham Ibn Ezra (Libro del mundo, siglo XII). Por ese
cielo teníamos casi la certeza de que iban a llegar las lluvias, y, una vez
más, así ha sido.
Parece un
anacronismo aplicar doctrinas de esa época en el siglo XXI, más aún cuando bien
sabemos que los árabes fueron más bien transmisores de ellas. Posiblemente Al
Kindi halló esas “condiciones astronómicas para la lluvia” en la India; pero
hasta aquí muy bien pudieron llegar con la diáspora babilónica. Estaríamos por
tanto aplicando conocimientos previos a nuestra Era.
La luna nueva de
enero ha insistido en esas lluvias, desbordando los ríos gallegos, así como el
Duero y algunos de sus afluentes.
Luna nueva del 10 de enero de 2016
Pero el Este ibérico
ha quedado prácticamente al margen de las precipitaciones. ¿Por qué?
Comprobemos la potencia de la herramienta que estamos trabajando (para ello hay
que tener algún conocimiento de Astronomía, pero también del sistema
astrológico).
En el Este ibérico
el Ascendente es Escorpión, y justo allí está Marte. Aquí domina un planeta
seco y caliente, al que Mercurio da poder por aspecto de cuadratura; está en un
signo de Agua, que es su domicilio. Bien, cuatro gotas y poca cosa más;
ambiente muy cálido (osos deambulando por los Pirineos en pleno mes de enero) y
almendros empezando la floración con dos semanas de anticipación sobre lo que suele suceder.
En el resto del
territorio, el Ascendente es Libra, y su regente, Venus, llega a Saturno de
conjunción. Venus, “la estrella del agua”, como se la denominaba en tantos
lugares, se junta con un planeta coagulador y corporificador, enfriante (significando
esas abundantes precipitaciones y la presencia de nevadas en cotas
relativamente bajas y extendidas). Cuando esta aplicación entre Venus y Saturno
tiene regencia local, como es este caso –salvo en el Este-, quienes escribieron
sobre el tema no dudan en pronosticar cielos cargados, lluvias y, en invierno,
nieves. Y así ha sido, una vez más. Consultar a este respecto otro español, el
judío de salamanca Abraham Zacut; al dominico valenciano Leonardo Ferrer, y un
largo etcétera, sin salir de nuestro país. Más allá, puede consultarse a Kepler
en Alemania, Goad en Londres, etc.
En la luna llena del
24 de enero volvemos a tener saliendo al signo de Escorpión, y a Marte allí
mismo, igual que en la figura de la luna nueva del 10.
Luna llena del 24 de enero de 2016
Pero ahora todas las
regencia recaen en Marte, que no forma aspectos con ningún otro planeta. Mal
puede en ese estado significar otra cosa que sus propias regencias en el propio
domicilio de Escorpión, sobre todo en las zonas por él significadas. Vamos a
ver por tanto un bello ejemplo de significado puro de un planeta en un signo en
esa luna llena.
Atención sin embargo
al punto crítico de la Candelaria, popularizado en las creencias del oso
(Francia) y la marmota (países anglosajones). Y al interminable rosario de
refranes que exhibe en todas las lenguas europeas.
Sin olvidar que, a
pesar de las inundaciones, los desbordamientos, desprendimientos, y otros
destrozos que al agua ha causado, con otros muchos bienes a la par, y nieves,
nos hallamos a las puertas de una dura sequía.
Más informaciones sobre ella, así como su fin, en
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