miércoles, 27 de enero de 2016




Llega febrero, y con él, el punto crítico de la Candelaria


Tras la ruptura de la estabilidad anticiclónica clásica de enero (aunque también tenga sus excepciones en algunos años que dan eneros muy lluviosos e inestables), febrero suele empezar profundizando en ese turning point de finales de enero durante sus primeros días. Para el 4, el ciclo solar cumple una de las cuatro semicuadraturas anuales (45°, 45 días para el comienzo de la primavera, 1/8 del círculo). Las estadísticas y el refranero muestran un punto singular del calendario meteorológico que podemos relacionar con él, la Candelaria, el día 2 (la Iglesia romana celebra la Presentación del Señor y la Purificación de Nuestra Señora). Los pueblos celtas tenían aquí, como en los otros tres puntos centrales de estación astronómica, una de sus principales fiestas, en este caso la de la luz, en honor de la diosa Brígida.
            Es punto crítico de la onda climática anual en cuanto a temperaturas y lluvias, asociado por lo general a un temporal de origen atlántico. Arroja un máximo de frecuencia lluviosa y un máximo térmico al que sigue un brusco descenso; son los vientos del Norte que irrumpen después, fríos, procedentes de latitudes altas. Por eso, en el refranero catalán:
            Per la Candelera, si no plou pel davant, plou pel darrera (para la Candelaria, si no llueve antes, lo hace después).
            Per la Mare de Déu encandelada, grossa nevada, grossa ventada o grossa gelada (por la Candelaria, gran nevada, gran ventolera o fuerte helada).
            Si la Candelera plora el fred ja és fora, si la Candelera riu el fred encara és viu (si la Candelaria llora el frío ya está fuera, si la Candelaria ríe el frío aún está vivo).
            Per la Candelera, gran fred o gran nevera (por la Candelaria, gran frío o gran nevada).
            El punto crítico del centro del invierno astronómico lo reconoce también el refranero francés:
            A la Chandeleur, l'hiver se meurt ou prend vigueur (por la Candelaria, el invierno se muere o recobra vigor).
            La veille de la Chandeleur l'hiver se passe ou prend vigueur (la víspera de la Candelaria, el invierno pasa o recobra vigor).
            Y también el castellano:
            En vísperas de Candelero, invierno fuera o vuelta al brasero.
            Si el ciclo viene cambiado:
            À la Chandeleur verdure, à Pâques neige forte et dure (por la Candelaria verdura, en Pascua de Resurrección nieve fuerte y dura).
            Un día antes, el 1, en el refranero francés ya encontramos que:
            À la Saint-Ignace, l'eau est froid comme de la glace (por San Ignacio [1 de febrero], el agua es fría como el hielo).
            S'il gèle à la Saint-Ignace, l'eau restera longtemps de glace (si hiela por San Ignacio, el agua será hielo por mucho tiempo).
            ¿Cómo se comportará la atmósfera en 2016? ¿Se romperá ahora el bloqueo anticiclónico y descenderá ese chorro polar que se halla en una posición más de verano que de invierno? Es probable, sin duda habrá movimientos en la atmósfera que cambiarán el panorama actual. Pero no olvidemos que nos hallamos ante un cuadro general de tendencia a la sequía en la Península Ibérica, y sólo se presentará alguna tregua en el centro de la próxima primavera, en la segunda mitad de enero y buena parte de febrero de 2017, y no finalizará, para empezar un ciclo húmedo, hasta las navidades de 2017.
            Esperar la salida de sus guaridas de osos y marmotas para juzgar el tiempo venidero parece ocioso en esta ocasión; nuestros osos hace días que pululan por los montes, en pleno mes de enero. Cambio, sí, pero no lancemos las campanas al vuelo.
            Hablando de campanas: aquellos que se suban la noche de Santa Águeda a los campanarios para conjurar las tormentas de verano, siguiendo una antiquísima tradición, que se esmeren este año. Porque es de esperar la proliferación de tormentas secas esta temporada, y los incendios por rayos.
Más información en    http://astrofactoria.webcindario.com


viernes, 15 de enero de 2016

Temas de enero



Temas de enero

Estimados lectores, paz y bien.
¡Quién lo iba a decir! Después de un noviembre y diciembre en 2015 extraordinariamente cálidos y estables, llegó la luna llena el día de Navidad y, como regalo de Pascua, empezó a llover, liquidando los incendios y dando paso a un tiempo mucho más acorde con la estación. Lluvias e inestabilidad previstas en nuestros pronósticos anuales, tal como puede comprobarse en http://astrofactoria.webcindario.com

                                                   
           

Luna nueva del día de Navidad de 2015

Ciertamente, las lluvias abrazaron sobre todo a Galicia y el Norte ibérico, pero después se extendieron con ábregos a Andalucía, e incluso algo llegó al Este ibérico. Aunque es aquí, como nos temíamos, a donde más está costando llegar el agua y la nieve, y donde parece estarse configurando lo más grave de la sequía que llama a las puertas.
 En ese mapa del cielo tenemos resumidas las “tres condiciones de Al Kindi (siglo IX) para la lluvia”, que conocemos a través de un judío de la Taifa de Zaragoza, Abraham Ibn Ezra (Libro del mundo, siglo XII). Por ese cielo teníamos casi la certeza de que iban a llegar las lluvias, y, una vez más, así ha sido.
Parece un anacronismo aplicar doctrinas de esa época en el siglo XXI, más aún cuando bien sabemos que los árabes fueron más bien transmisores de ellas. Posiblemente Al Kindi halló esas “condiciones astronómicas para la lluvia” en la India; pero hasta aquí muy bien pudieron llegar con la diáspora babilónica. Estaríamos por tanto aplicando conocimientos previos a nuestra Era.
La luna nueva de enero ha insistido en esas lluvias, desbordando los ríos gallegos, así como el Duero y algunos de sus afluentes.
                 
                                                                    



Luna nueva del 10 de enero de 2016

Pero el Este ibérico ha quedado prácticamente al margen de las precipitaciones. ¿Por qué? Comprobemos la potencia de la herramienta que estamos trabajando (para ello hay que tener algún conocimiento de Astronomía, pero también del sistema astrológico).
En el Este ibérico el Ascendente es Escorpión, y justo allí está Marte. Aquí domina un planeta seco y caliente, al que Mercurio da poder por aspecto de cuadratura; está en un signo de Agua, que es su domicilio. Bien, cuatro gotas y poca cosa más; ambiente muy cálido (osos deambulando por los Pirineos en pleno mes de enero) y almendros empezando la floración con dos semanas  de anticipación sobre lo que suele suceder.
En el resto del territorio, el Ascendente es Libra, y su regente, Venus, llega a Saturno de conjunción. Venus, “la estrella del agua”, como se la denominaba en tantos lugares, se junta con un planeta coagulador y corporificador, enfriante (significando esas abundantes precipitaciones y la presencia de nevadas en cotas relativamente bajas y extendidas). Cuando esta aplicación entre Venus y Saturno tiene regencia local, como es este caso –salvo en el Este-, quienes escribieron sobre el tema no dudan en pronosticar cielos cargados, lluvias y, en invierno, nieves. Y así ha sido, una vez más. Consultar a este respecto otro español, el judío de salamanca Abraham Zacut; al dominico valenciano Leonardo Ferrer, y un largo etcétera, sin salir de nuestro país. Más allá, puede consultarse a Kepler en Alemania, Goad en Londres, etc.
En la luna llena del 24 de enero volvemos a tener saliendo al signo de Escorpión, y a Marte allí mismo, igual que en la figura de la luna nueva del 10.

                                                                      



Luna llena del 24 de enero de 2016


Pero ahora todas las regencia recaen en Marte, que no forma aspectos con ningún otro planeta. Mal puede en ese estado significar otra cosa que sus propias regencias en el propio domicilio de Escorpión, sobre todo en las zonas por él significadas. Vamos a ver por tanto un bello ejemplo de significado puro de un planeta en un signo en esa luna llena.
Atención sin embargo al punto crítico de la Candelaria, popularizado en las creencias del oso (Francia) y la marmota (países anglosajones). Y al interminable rosario de refranes que exhibe en todas las lenguas europeas.
Sin olvidar que, a pesar de las inundaciones, los desbordamientos, desprendimientos, y otros destrozos que al agua ha causado, con otros muchos bienes a la par, y nieves, nos hallamos a las puertas de una  dura sequía. Más informaciones sobre ella, así como su fin, en